Ahora vamos de nuevo a cantar alma mía; a cantar sin palabras. Desnúdate de imágenes y poda extensamente tus viñas de hojarasca.
No adulteres el mosto que hierve en tus lagares con esencias extrañas, y así, te dará un vino sencillo pero puro, porque es vino de casa.
Anda el viejo camino para que se te vea la intención noble y clara, y huye de las retóricas travesuras ingenuas que inquietaron tu infancia.
Rama de bella fronda que perfumó al canto, ahora se ve pelada... Para cuajar el fruto tuvieron que caerse las hojas de la rama.
Así estás, alma mía, en tu grave hora nueva, toda desnuda y blanca, erguida hacia el silencio milenario y profundo de la estrella lejana.
No adulteres el mosto que hierve en tus lagares con esencias extrañas, y así, te dará un vino sencillo pero puro, porque es vino de casa.
Anda el viejo camino para que se te vea la intención noble y clara, y huye de las retóricas travesuras ingenuas que inquietaron tu infancia.
Rama de bella fronda que perfumó al canto, ahora se ve pelada... Para cuajar el fruto tuvieron que caerse las hojas de la rama.
Así estás, alma mía, en tu grave hora nueva, toda desnuda y blanca, erguida hacia el silencio milenario y profundo de la estrella lejana.
Luis Palés Matos
Guayama, Puerto Rico
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